jueves, 12 de marzo de 2009

vhs fetish





























































































































































Qué desgracia tan grande ha sido el desmoronamiento del cine indie serie B-Z desde su apogeo en los 80, cuando los niños devorábamos maravillosos subproductos en el videoclub. En eso soy muy Tarantino: pasé la infancia hiponotizado con exploits de Mad Max (mi género favorito), gore italiano, sci-fi naive, películas de negros bailando breakdance, e ingentes cantidades de cine violento (ninjas, pandilleo juvenil, 2ª guerra mundial...). Ya no se hace cine de este tipo (tampoco novelas de este tipo, comics de este tipo...) y me parece un enorme déficit cultural, del que tiene la culpa la vanidad burguesa de aferrarse a "productos de calidad", sin posibilidad de error, ni excentricidades. La globalización se está cargando un tipo de productos que siempre resultan muy estimulantes: aquellos que no responden en absoluto a una voluntad artística.
Los verdaderos amantes del cine siempre tienen filias personales dentro de las películas malas. Por suerte, a base de rastrillos y del emule, estoy reuniendo los grandes clásicos de mi infancia: No es nostalgia, es resistencia.