miércoles, 18 de marzo de 2009

panteísmo, paisaje, lenguaje binario















Ya tenéis en el emule un .rar con casi toda la discografía de Autechre en un único archivo muy cómodo y manejable que demuestra que este grupo, además de tener el mejor myspace del mundo, atesora una colección de composiciones que quitan el hipo. Curiosamente, su trabajo anterior al fundacional "Chiastic slide" me resulta hoy en día muy ingenuo y superado, en la medida en que la emotividad que pretendían transmitir lo ha hecho envejecer muy pronto. Desde ese disco, y muy especialmente desde "Confield", el dúo mancuniano abandonó sus arrebatos expresionistas y se centró en investigar timbres y estructuras sin innecesarias plusvalías sentimentales, con lo que su material actual resulta infinitamente más importante. Podría parecer que se trata de sonidos sin alma, pero en su renuncia a seguir los confortables patrones humanos a los que tenemos acostumbrados nuestros oídos han cincelado un lenguaje maquinal perturbador y de un purismo conceptual que roza el ascetismo. De hecho, en este tipo de audio tan robótico e inanimado, tan ajeno a lo que se espera que sea música (aparecen patrones desacompasados, los sonidos se autodestruyen, el ritmo no es tal, no hay un tempo claro en cada canción...) es capaz de producir una sensación de panteísmo electrónico si participamos contemplativamente de la experiencia.
Si Bach fuese teletransportado al presente y escuchase un disco de Autechre en un ordenador, creería sin duda de que lo que oye es la voz de algun tipo de espíritu o ente con vida, pues a fín de cuentas el ordenador hace lo mismo que cualquier ser vivo: habla, mira, siente, comunica, muta, opera, interactúa, produce arte. Para alguien que no haya sido educado en la idea de que el ordenador no es más que un objeto, le resultará inconcebible que se trate de algo sin vida. Nosotros, para llegar a dicha conclusión, y educados con conceptos un tanto obsoletos sobre lo que constiuye un alma, seguimos esperando a que los PCs lleguen por fín a desarrollar una conciencia (antes o después lo harán) para empezar a considerarlos entes y no meramente objetos. El panteísmo clásico, sin embargo, no necesita dar ese paso: una tribu africana puede considerar que una roca tiene alma independientemente de su incapacidad para actuar o tomar decisiones, lo cual no me parece una idea descabellada en la medida en la que el alma de el otro es una invención nuestra, mucho más que una realidad. Nuestra jerarquía vital del mundo (humanos - animales - vegetales - objetos) es tan performativa y nominal como cualquier otra, y mi asombro por las capcidades artísticas de los ordenadores me ha hecho comprender por fín lo que es en realidad el panteísmo, idea que en el fondo es completamente revolucionaria y que no es para nada incompatible con el psicoanálisis: por ahora los ordenadores no son capaces de tomar decisiones propias y las acciones que realizan se reducen a responder a las órdenes que les damos a través del lenguaje binario, pero teniendo en cuenta lo que dice Lacan sobre el lenguaje y el papel de el otro en nuestra identidad y capacidad operativa, no nos distancia mucho del mundo computacional. Pero dejo este rollo, porque parece que me haya vuelto loco y me decique a charlotear con la CPU: no se trata de eso, sino de admirarse de la naturaleza subversiva de considerar una máquina como un ente, y cómo esa idea pone en duda nuestra construcción de lo que es vida, inteligencia, identidad o conciencia. El paradigma del PC para explicar el mundo cada vez me resulta más sugestivo.
En cualquier caso, he subido las últimas canciones que he estado haciendo con el laptop, que como siempre digo no son más que los ruiditos que hace mi máquina puestos mínimamente en orden, y buscando encontrar el tipo de cosas que sólo una máquina puede hacer: por ejemplo, salirse del compás, que es algo que a las personas nos resulta casi imposible porque el ritmo nos distrae e intuitivamente cuadramos los tiempos, cosa que un ordenador no tiene por qué hacer. Lenguaje computacional puro, seguramente lastrado por el rollete bailongo del que no puedo escapar, pero que en el fondo está muy bien porque estoy convencido de que a mi ordenador le gusta verme contento y bailando. A nivel anecdótico, decir que haciendo estos temitas he comprendido la verdadera técnica de producción del dub (la música electrónica jamaicana de los años 70), puesto que me he dado cuenta de que lo que hacían era ralentizar loops y meterles reverb para crear esa sensación de silencio y paisaje tan misteriosa. Eran unos cracks esos jamaicanos.
En fín, los ruidos de mi ordenador están aquí y espero que si a alguien le gusta producir este tipo de frikadas amateur, se ponga en contacto conmigo por email.