lunes, 24 de noviembre de 2008

Esto no me puede estar pasando





















En homenaje a monsieur Lofatal, en vista de sus últimas y afiladas agresiones verbales y ante el lamentable clima de crispación, he preparado un textito que algo tiene que ver con su vida actual. Todo geek que se precie sabe que el susodicho polemista está no ya embarazado, sino embarazidísimo, así que me he decidio a inverntariar algunas situaciones "embarazosas". Estaremos de acuerdo en que cuando te acontece algo embarazoso, poco tiene que ver con el lacónico estado de buena esperanza: de hecho la expresión se refire a situaciones del tipo trágame tierra, maldita la hora, subirse por las paredes, estar voladísimo o colorao como un tomate.
Nunca olvido cuando alguien me cuenta una anécdota embarazosa, que por alguna razón me resultan siempre cómicas y significativas. Podría escribir todo un libro con momentazos de ridículo y vergüenza, pero muy probablemente nadie creería la veracidad de la mayoría de lo acontecido. Así que como muestra, y a modo de brindis de bienvenida a Llara, he aquí un recuento de diez momentos patéticos y bochornosos vividos por servidor y/o sus amigos, de modo por supuesto anónimo pues muchos de los protagonistas se sentirían ofendidos al saber que he divulgado sus grandes embarazos (no diré aquellas de las que soy protagonista, porque me da muchísima verguenza). ¡Son todas reales!

- ROMPER UNA OBRA DE ARTE EN CASA DE ALGUIEN CON QUIEN NO TIENES CONFIANZA
Imaginad la situación: estás con tu pareja tomando un cafecito elegante y enrollado en casa de un amigo suyo al que no hace mucho que conoces. Todo discurre, por obligada cortesía, con buenas maneras y sonrisas permanentes, hasta que en un apretón urinario solicitas usar el servicio. Para no acabar con el cálido ambiente de velas, incienso y jazz, decides no encender la luz, hasta que oyes un tremendo CRASH y te das cuenta de que has tirado algo al suelo. Miles de pedazos inundan el pasillo, y enseguida tomas conciencia de que te acabas de cargar una estátua de cerámica más grande que Kobe Bryant. Tardas unos segundos en darte cuenta de lo que has hecho, y acudes al salón completamente catatónico para decir "mira..ejem...es que... creo que he roto una estátua, pero...¡Te la pago!". Silencio incomodérrimo. "tranquilo, no te preocupes, no importa el dinero, sólo tenía valor histórico pues la hice yo hace 30 años y me dieron un premio por ella, siempre la he llevado conmigo y además era única, no la hay en venta". Glups. Requeteglups. Mecagoentodo. Nunca nada volvió a ser lo mismo entre los protagonistas.

- DEJAN UN PERRO A TU CUIDADO Y LO ATROPELLAN
Cuando eres el niño más cuco y riquiño de tu bloque, las marujas suelen encomendarte todas las tareas de tipo "favor" en las que saben que tu ejemplar responsabilidad garantiza la mejor de las resoluciones. ¿Sacar a pasear el perro del vecino cuando éste se va a Torremolinos? ¡Eso está chupado! El único pero es cuando el vecino regresa y no encuentra a su queridísimo perro en el estado jovial habitual, sino convertido en una cataplasma de pelo, sangre y carne esmagada: en un descuido en el parque, el can no tiene nada mejor que hacer que lanzarse a las ruedas de un camión de mudanzas que pasaba por allí y ...cataplof. Por supuesto, el dueño del perro tranquilizó al niño y le restó importancia. Ya.
El niño resultó ser gay, y cuando años después lo supo el condenado vecino, no dudó en sacarlo del armario a patadas ante su familia. De buen rollo y por el bien de todos. Seguro que lo del chucho esmagado nada tuvo que ver.

- PERDER UN BILLETE DE 500 EUROS Y ACUSAR A UN INOCENTE
Sobran las palabras: se te paga tu sueldo en metálico, y tu dejas tu dinero habitualmente en el cajoncito de tu escritorio de la oficina hasta que puedes ir al banco. Un buen día vas al cajoncito de Pandora a recoger la cuchipanda en forma de estipendio, y para tu sorpresa e ira falta un billete de 500 que debería estar allí. Histérico, entras en crisis agresiva y mueves cielo y tierra en su busca. Tú no lo has movido, y nadie ha entrado allí, excepto un familiar del jefe. Tu orgullo de clase obrera despierta en forma de venganza contra el patrón usurpador, y no dudas en exigir delante de todos la devolución del preciado papelito, ante la incredulidad del acusado que niega saber nada del asunto. La situación se pospone hasta el día siguiente ante tu estado anímicamente alterado.
Esa noche, en casa, descubres que te habías llevado el billete unos días atrás y lo tenías en una carterita de reserva. Trágame tierra. Al día siguiente apareces con un regalito para el acusado, y un cartelito donde pone "perdón". El INEM, a la vuelta de la esquina.

- MANDAR UN SMS CALENTORRO A UN FAMILIAR DE TU EX
Relación rota tras varios años de convivencia. La familia de tu ex te adoraba hasta que la cagaste y le dejaste más plantado que a un abeto. Por supuesto, tu primer ligue postmatrimonial se convierte en el objeto de tus más tórridas pasiones, así que cada noche le mandas un sms guarrote para que se vaya a dormir erotizado perdido. ¡Mal asunto hacer eso si el envío tiene lugar tras una noche de copas! Viendo doble y con el helicóptero en plan Apocalypse Now, usas mal tu agenda y el caliente mensajito termina en la bandeja de entrada del hermano de tu ex, que por cierto está en tratamiento por el trauma de la separación. Y por supuesto, no te das cuenta hasta la resaca del día siguiente. ¿Qué hago, le mando ahora un contra-mensaje... diciendo qué? Lo siento: la has cagado. Hagas lo que hagas, va a parecer que lo has hecho a mala fé y en plan recochineo.
Creo que todos tenemos anéctotas abominables resultantes de la ecuación "amoríos+copas+smss".

- DORMIRTE LA SIESTA CON PALOMITAS EN EL MICROHONDAS
Los estudiantes de arquitectura viven una existencia estresada y anárquica que les obliga a maldormir cuando pueden y organizar su avituallamiento con malabarismos. Una tarde estás hecho polvo y te metes en la piltra, sin darte cuenta de que unos minutos antes has metido palomitas en el microhondas...pero en la función grill, que no sirve para las populares bolsitas de papel en las que vienen envasados. Un buen rato después te despiertas grogui al escuchar los gritos de los obreros de una obra que hay en tu patio: "Nena.. nenaaaaaa... que se che quema a casaaaaaa!!!!..." Abres los ojos aturdida, y ves a tu alrededor una densísima humareda negra y olor a requemado. Tu casa parece Chernovyil, y tu cocina Hiroshima. Ataque de pánico inmediato, hasta que descubres lo sucedido y te dices a tí misma: menos mal, sólo ha sido un susto. Y de paso, un corte de tres pares de cojones.

- ENCONTRAR UN HOMELESS EN TU CASA Y PENSAR QUE ES UN ERASMUS
La universidad crea extranos compañeros de cama, y uno termina cohabitando con individuos de lo más bizarros capaces de transformar tu vida de Capra a Kafka. Por ejemplo, si vives con un Erasmus: fiestas continuas, anarquía completa, anécdotas a mansalva y personas raras desfilando por tu casa a diario. Ahora bien, lo que no es muy normal es despertarte de la siesta, ver en el salón a un tiradísimo y mugriento alcohólico callejero de 50 años y pensar que es, sencillamente, un colega de tu room-mate erasmus. Darte cuenta de que ha entrado forzando la puerta y quiere chorizarte el móvil sin duda te provocará pánico, pero quizás deberías además preguntarte ¿soy gilipoide perdido, o en qué coño estaba pensando? Estoy dispuesto a comprar los derechos de este suceso para hacer una película. Con erasmus...y motosierras.

- HACERTE PIS EN CLASE
Ignoro cómo será ahora, pero en mis tiempos de high-school el modo más habitual de los chicos para ligarse a las nenas era hacerlas reír. Entre los chavales había contínuas batallas de paridas porque el más chistoso enseguida llamaba la atención de las niñas. El problema es cuando el guaperas de turno suelta un chistazo coñerísimo que las más solícitas mancebas ríen con entusiasmo. Hasta el punto de que una de ellas, poseída de un ataque histérico de categoría extrema, alcanza un éxtasis cómico que termina en que la tipa se hace pis en clase. Con un par. Cuando se da cuenta procura ocultarlo, pero el gigantesco charco resultante (era digno de ver) alcanzaba unas dimensiones oceánicas que todos los killer-niños de la clase percibieron al momento. Las risas pararon, se hizo el silencio y comenzaron los cuchicheos, crecientes. La niña tarda tres días en volver a clase, y su cara debería aparecer en el diccionario junto a la palabra "bochorno".

- INSTALAS WINDOWS A UN AMIGO Y DESTRUYES SU ORDENADOR
Ojito cuando un problema informático parece una nadería de las que te han pasado a tí tropecientas veces: si te da por ofrecerte a solucionarlo, mejor hazlo sabiendo bien lo que haces. Por ejemplo, si el PC de tu colega se reinicia solo cada media hora, puede ser por múltiples factores, pero no te las des de guay con el cuento de que se reinstala windows y listo, porque las malditas particiones pueden dejarte en evidencia. De hecho, a un amigo le intenó solucionar su problema el típico listillo, y el resultado fue el defenestre y colapso del portátil de la discordia. Mira que es difícil cargarte un pc a base de formatear, pero esas cosas pasan si hay problemas de hardware con los que no contabas. Ante la vergënza del momento, se suele decir aquello de "desenchufa y vuelve a reinicar". Pero no: la has cagado, el ordenador ha fallecido y has quedado como un mongolo absoluto.

- TE DUERMES EN UN TREN A IRÚN Y TE DESPIERTAS EN EL MEDIO DE FRANCIA
Menos mal que soy de los paranóicos que cuando toma un transporte de largo trayecto prefiere no dormirse por si se pasa de estación. Alguien cercano, cuya tensión arterial es más bien baja, no sofre esos complejos y en una ocasión se dirigía a Euskadi tras visitar a unos amigos con la pachorra que le era habitual. El sustazo llegó cuando se despertó en una estación desconocida, se bajó del tren corriendo y vió que todo el mundo hablaba francés. Te das cuenta de que estás en el país del gabacherío profundo, no tienes un puñetero duro y lo único que sabes decir en su idioma es "Voulez-vous coucher avec moi ce soir?". Y además, luego lo vas contando por ahí. Idioto.

- TU BANQUETE DE BODAS PRODUCE INTOXICACIÓN COLECTIVA
Posmodernos como somos, lo del bodorrio con todas las de la ley nos parece una pantomima trasnochada, pero a mucho gañán de provincia le parece el día más feliz de su vida. Así que si el catering contratado, de aparente solvencia, resulta no haber superado los parámetros mínimos de sanidad y, en medio del convite, la gente empieza a ponerse amarilla e ir al WC a vomitar y lo que surja, la probabilidad de que suceda es muy baja.Pero estas cosas pasan. La cosa toma un matiz dramático cuando empiezan a solicitar ambulancias y el epicentro de la boda se desplaza del castillito que has alquilado a la clínica de urgencias. Pero en plan mal rollo total. Hasta el punto de que uno de los comensales, cuyo intestino venía previamente maltrecho, fallecería unos meses después. Y además de verdad. Por supuesto, en ese caso contratas un ejército de picapleitos chupasangres que enchironen a los culpables, pero lo cierto es que te va a resultar complicadísimo olvidar el bochorno, desastre y descalabro social que te perseguriá durante un tiempo. Más o menos, por el resto de tu vida.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Mas guarro que tu

























Estos son los nicks que te encuentras en un chat un viernes por la mañana. El mío era el de MasGuarroQTu. No me parece especialmente gracioso, ya estoy cansado de los derroteros del ambiente.
¿Si no puedes con ellos, huye de ellos?

littérature



















Como todos vosotros, he tenido la suerte haber conocido a algunas que otra gran persona de las que he aprendido todo lo que sé, pues considero que somos únicamente la suma de lo vivido, y lo vivido son siempre personas. Pero hay una sensación muy poco habitual que sientes de vez en cuando en la vida, y es la de encontrar a alguien que, instintivamente y sin necesidad de apenas gestos ni palabras, te entiende y así lo percibes tú inmediatamente. Gente con la que la identificación es casi automática, cuyos argumentos siempre resultan convincentes, cuyos silencios están cargados de complicidad, y que habla únicamente de las cosas que para tí son importantes.No sé explicarlo... no me refiero al tipo de persona a la que admiras por lo elevada que está respecto a tí, sino aquellos con quien sientes que puedes ir de la mano. Y sin cursilerías. Es una cuestión de longitud de honda.
Una de esas personas singulares y empáticas fue un familiar mío que ya no está entre nosotros, "el tío de Barcelona" cuyas visitas me resultaban especialmente interesantes y formativas. Siendo niño, siempre me defendía en las contiendas cotidianas, con frases inteligentes que convertían en palabras lo que yo todavía no sabía decir. Me recibía en su coqueto piso condal con la enorme hospitalidad del que actúa con una normalidad rayana en la indiferencia, y amenizaba las cenas con una locuacidad avispada y chispeante, cargada de humor y referenciando a Tintín, Lola Flores y Marx. Tras una vida plagada de anécdotas, cosmopolitismo y erudicción, vivía un tranquilo y franciscano retiro espiritual muy cerca del parque Guëll, oscilando entre la alta cultura y los cafés con los amigos del barrio. Llevaba muchos años enfermo, con una parálisis parcial que le obligaba a hablar con lentitud y trabas, caminar con torpeza y arritmia, y cuidar de sí mismo y de su casa con paciencia, precisión y humildad. Pese a lo severo de su situación, siempre supo llevar su dolencia con discrección y sin dar guerra, hasta el punto de que hasta su muerte no reparamos de lo heróico de su biografía.
Pese a su enorme ternura y cercanía, su sonrisa perenne y su complicidad respetuosa, no solía hablar de sus sentimientos, como casi todos los hombres de mi familia. Quizás no le gustaba la teatralidad victimista y católica con la que algunos de sus allegados se hacían notar tristemente, y prefirió mantenerse en un discreto segundo plano desde el que, supongo, masticaba y degrutía sus penurias.
En un determinado momento de su vida, su matrimonio se rompió con malos gestos y pocos aspavientos, sin prisa pero sin pausa hasta el penoso día de la separación. Fue una ruptura compleja y delicada, pues él siempre se sintió culpable de la infelicidad de su mujer al sentirse ésta atada a él, entre otras cosas, porque mi tío necesitaba cuidados por su enfermedad. Él comprendía, como tambien elegantemente sus hermanas, que era mejor separarse si su mujer sólo seguía en casa por el miedo a la culpa de haber abandonado a un hombre enfermo. Así que llegado el momento las cosas se resolvieron de manera pacífica y sin tiranteces. A decir verdad y desde la distancia de conocer el final de la película, lo cierto es que mucho antes de que rompiesen, era algo tan evidente que sucedería (pese a que no lo comentábamos abiertamente) que cuando ocurrió apenas generó alteración en nuestras vidas. Fue algo triste pero de largo recorrido, sin picos, de decepción sostenida y creciente, el tipo de tragedias a las que apenas prestamos atención porque parecen seguir un curso pavorosamente previsible.
Sin embargo, de él aprendí la alegría y la naturalidad, una forma de elegancia en las pequeñas cosas de la vida, quizás imperceptible pero con su punto de coquetería. Y un humor vitriólico y lleno de picardías, al mismo tiempo marujil y filosófico, cuya comicidad se multiplicaba por la parsimonia derivada de su parálisis. Creo que me estoy poniendo pelín cursi, pero recuerdo su mirada como llena de vida, de curiosidad, ternura, majestad y oratoria. ¡Nunca entenderé cómo podía ser tan hortero como para llevar bigote! Un personaje, el tío Manolo.
No sé por qué le recuerdo tanto últimamente. Quizás por la inquietud que me produce su estoicismo y tranquilidad a la hora de afrontar situaciones que a mí me resultan completamente trágicas, sin victimismos, ni dramatismos de ningún tipo, como si se hubiese abandonado a su destino al asumir su incapacidad para gestionar sus infortunios. No sé. Le quería un montón, y espero haber aprendido muchas cosas de su magnético estoicismo, y no temer a ciertos problemas porque probablemente lo mejor de la vida es aquello que de literario pueda tener.

jueves, 20 de noviembre de 2008

El traje nuevo del emperador















Los viernes suelen presentárseme últimamente bastante agridulces. Cuando tu entresemana no es la alegría de la huerta, lo suyo es que ante el menor contratiempo uno utilice espontáneamente como mecanismo de defensa el recurrente "bueno, sólo faltan dos días para el finde, y desconectaré...". Y llegado el ansiado friday, me gusta decirme "Hoy saldré en plan desfase y voy a ligar pase lo que pase". Termino saliendo el 90% de las veces, pero lo que se dice ligar dejémoslo en un discretito 0% de las veces. Y no digo 1% ni 0.5%: digo 0%. Así que este viernes, cansado de la nadería de la noche, decidí quedarme en casita con mi radiador, mis chaskys, el ducados, los porrillos y el "Obradoiro". Ojeé un rato dicha revista, cuyos cursilísmos y paupérrimos textos (con las soporíferas e ingénuas diatribas entre racional/gratuito, "verdad"/espectáculo, emoción/vacío...) me parecieron espantosamente torpes y autocomplacientes. Me aburre incluso escribir un par de líneas sobre la demencial precariedad intelectual de nuestro academicismo arquitectónico, que no parece haber evolucionado desde el realismo mágico sudamericano, que con el tiempo se está convirtiendo en pensamiento único de romanticismo alienante...Uy que me pierdo.
El caso es que lo que me hizo quedarme en casa en lugar de salir a mirar culos, fue el hipnótico y solemne show televisivo de La Entrevista A Luís Roldán, en la que la serial-journalist Teresa Campos Senior ejercía de curator. Y a buena fé que mereció la pena renunciar por una vez al JB/cola, porque el programita fue una auténtica lección de democracia real: el linchamiento desmadrado y superkiller del gran Maldito del sistema, obviando cualquier principio jurídico de presunción de la inocencia o derecho a la duda, por parte de inopinados y fogueteados Jueces de la peor calaña, falsarios correveidiles (e instigadores) de los peores furores de la masa.
Cada vez tengo más claro que el "sistema", más que una superestructura socioeconómica, es la participación colectiva de una misma estructura de pensamiento, de un modo muy similar al de la neurosis. Estar "en el sistema" es compartir sus fiestas (p.e. fútbol), sus tabús (p.e. pederastia), su idea de "el pecado" (p.e. el hambre en el mundo), sus "buenos" (p.e. médicos sin fronteras) y sus malos (p.e. la CIA, las petroleras...). A veces creo que algo tan Importante como leer el periódico o estar al tanto de las noticias de moda (porque las noticias no son más que modas) es cimentar nuestra participación del sistema, en la medida en que asentimos en que lo importante son los asuntos de los que nos hablan, aunque nuestro punto de vista difiera. Generalmente pensamos que la manipulación mdiática es patrimonio exclusivo de los americanos, y que aquí gracias a la bipolaridad PP / PSOE estamos en otro nivel, mucho mejor informados y con contrainformación a tutiplén. Por eso, cuando izquierda y derecha coinciden en algo, échate a temblar porque a buen seguro algo sucio están cociendo. Así que el asunto Roldán con total seguridad tiene mucha pero mucha tela que cortar: sencillamente, han dado al populacho su cabecita de turco en la que concentrar las iras y reproches, y que el mundo siga girando tal cual lo hacía. Lo inquietante es el hecho de que, aunque todos sabemos ya esto, seguimos comprando El País cada día y sintonizando el parte a las 9. ¿Total para qué? Uy, me pierdo de nuevo.
El caso es que la entrevista fue demasié, y antes de nada quiero dejar claro que en mi opinión la imagen que dió Roldán fue inmejorable: frente a aquella jauría de periodistas repugnantes, se presentó el pobre hombre para pedir perdón a los ciudadanos y explicar cómo terminó por involucrarse en aquellos asuntos (tan españoles) y hacer público su arrepentimiento, pese a ser el único implicado que ha cumplido sin indultos su condena, que ha sido crucificado públicamente y que ha sido convertido en el chorizo oficial de este país. La gilipollas impresentable, mema repugnante (y pensar que era una periosista a la que admiré mucho...qué ingenuidad la mía) que es la mini-cosa Maria Antonia Iglesias se esforzaba patéticamente, con ese tono dogmático y cargado de autoproclamada autoridad moral que tanto usan en PRISA, en dejar claro que NADIE más estaba implicado, que el PSOE está libre de culpa y que si Roldán afirmase lo contrario, estaría mintiendo como siempre. Porque a fín de cuentas Roldán nación chorizo y morirá chorizo. Y aunque sólo sea por contradecir al elenco de marionetas del poder que son esos periodistas, me creo a Roldán cuando dice que no tiene la pasta. Y estoy con él en que hay que investigar a Paesa, Belloch y las directivas de las grandes constructoras como Dragados o Construcciones y Contratas.
Lo más impactante y doloroso de la penosa entrevista fue comprobar cómo las gasta el sistema cuando ha tomado la determinación de que alguien es culpable y personifica el mal: se le niega la redención, se le acusa de cuanto crimen se le pase por delante, se instiga a la gente a mandar sms del palo "Muérete ya, Roldán", que el pobre hombre (que está en tratamiento psiquiátrico por depresión: el sentimiento de culpa es un compañero de viaje muy incómodo) hubo de aguantar con una estoicidad y firmeza que a buen seguro desquició al ejército moral de la Campos. Actuando como Patricios desde el púlpito, se llegó al punto de afirmar, más o menos, que lo de ser chorizo es una condición innata, identitaria, casi ontológica, con lo que implícitamente se cargan el sistema punitivo español (que parte de la premisa de que la reinserción es siempre posible). A mí, todo aquel teatrillo me dió mucho miedo, al confirmar con especial crudeza la torpeza y malas artes de los que nos gobiernan. La esperpéntica imagen de ese payaso sin gracia que es Pepe Blanco afirmando en un tono patético y engolado "Roldán me repugna" y darse la vuelta con esa patética caída de ojos que usan los gañanes cuando quieren seducir como emperadores, me obligó a apagar la tele, encender un cigarro y escribir en mi diario, para olvidar la desazón y el enorme miedo que me produce todo este sistema.
Hay mucha Bruja Avería en los despachos de los partidos y periódicos, que bajo sus gafitas modernas y sus talantes muy humanos, disfrazan con posmoderna perversidad aquello de "Viva el mal, viva el capital".

viernes, 14 de noviembre de 2008

Gary Taxali





























































































































































Aunque el mundo fotologuero tuvo su momento de mayor exposición mediática gracias a la moda de las one-hit fashionistas como am_lul o Cory Kennedy, lo cierto es que quizás lo más interesante que ha salido de ahí IMHO (in my honest opinion en lenguaje forero) es el renacimiento del Lowbrow o "surrealismo pop", movimiento que a principios de los 70 tuvo un pequeño apogeo gracias al comic underground del área de California, y que ahora en la red está que lo rompe.
De lo poco que conozco, el que más me gusta es el Gary Taxali, un perfecto Donnadie que vive en Canadá pero nació en (momentazo supercool) ¡Chandigarh! y que hace un trabajo interesantísimo recuperando la estética de los cómics de los años 30 (en plan Krazy Kat) y que ha sido fusilado, por ejemplo, por la troupé chanante, que se las dan de rompedores y no han inventado nada. Sus desconcertantes cuadros e ilustraciones, sin embargo, palidecen frente a sus toys, movimiento del que fue pionero: ya sabéis, la moda esta de muñequitos de vinilo en plan manga y que no sabes si producen risa, pánico o reflexión artística. Tenemos que investigar estas modernidades, a ver si encontramos algo importante...

El Niño y la Nina

















































































































Ya es viernes, y la neurona solitaria ya no da para más. Así que me permito un par de recomendaciones kulturales que te kagas. Por una parte, las imágenes del post pertenecen a El niño de las pinturas, un graffitero de Granada un poco hasbeen que conocí garcias a mi prima Celine hace tropecientos años (¿o fue a través de Chuiqui? no lo recuerdo) y cuyo trabajo me encanta. Frente al urban art conceptual y previsible de Bansky (que en el fondo produce un material muy goloso para la cultura museística, a cuyo protectorado siempre ha estado abocado), este skater anónimo hacía arte callejero muy espontáneo y con poca coartada cultural, pero en mi opinión muy poético: esencialmente, pinta niños jugando, negritos y ancianos urbanitas. Echadle un vistazo si os va el rollo.
Y mi otra recomendación es bastante más PRISA, y se trata de la majestuosa diva Nina Simone. Nunca he sido ni de jazz ni de blues, porque el postureo de clase media que suele rodear ciertas negritudes me saca de quicio (nunca entenderé que BillyHolliday se haya convertido en un icono burgués de semejante calibre, al igual que Chet Baker o John Coltrane), pero lo que hace esta señora es sencillamente impresionante, y a la altura de Ella Fitzgerald, mi otra gran drama queen. Nina canta con un vozarrón sencillamente impresionante, elegante y contenida pero llena de pasión fría, acentuado por supuesto por su descomunal talento para el piano.
Esta mujer era la elegancia personificada, y su biografía no tiene desperdicio: pese a ser una mujer cultivada y con frmación clásica, nunca abandonó todo el macarreo lumpen del gueto en el que se crió. Por desgracia, es conocida únicamente por la música de un anuncio, pero si tenéis oportunidad bajaos sus grandes éxitos porque es realmente escalofriante.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Slavoj Zizek "Bienvenido al desierto de lo real"






Impertérrito ante los que preferirían el costumbrismio pop del "Iglú" o la alegría freak del "Maleducados", sigo con el tono sombrío de los últimos tiempos con un maravilloso texto de Slavoj Zizek que podéis encontrar íntegramente aquí, del que he extraído sus reflexiones sobre el Tom Ripley de Patricia Highsmith (uno de mis arquetipos culturales favoritos) porque me parecen acertadísimos.
Por cierto, ya tengo pensado un par de textos divertidos y zumbones, volveremos a lo de siempre, pero mientras tanto me gustaría (egoístamente) seguir con un poco de pensamiento contemporáneo.






"Sus crímenes están calculados con un razonamiento pragmático sencillo: hace lo que es necesario para alcanzar su objetivo, la vida acomodada de los suburbios exclusivos de París. Lo que es realmente inquietante en él, por supuesto, es que de alguna manera parece perder el más elemental sentido ético: en la vida diaria, es en general amigable y considerado (aunque con un toque de frialdad), y cuando comete un asesinato, lo hace con el mismo remordimiento que uno siente cuando tiene que realizar una tarea desagradable pero necesaria. El es el psicótico final, la mejor ejemplificación de lo que Lacan tenía en mente cuando decía que la normalidad es la forma especial de la psicosis –de no estar atrapado traumáticamente en la telaraña simbólica, de mantener “libertad” respecto del orden simbólico.

Sin embargo, el misterio del Ripley de Highsmith trasciende el motivo ideológico norteamericano estándar de la capacidad del individuo de “reinventarse” a sí mismo, de borrar las huellas del pasado y asumir a fondo una nueva identidad, que trascienda el “yo proteano” postmoderno. Ahí reside la falla final de la película respecto de la novela: la película “gatsbyíza” a Ripley en una nueva versión del héroe norteamericano que recrea su identidad de manera sombría. Aquello que aquí se pierde se encuentra mejor ejemplificado por la diferencia crucial entre la novela y la película: en esta última, Ripley posee los meneos de una consciencia, mientras que en la novela, síntomas de una consciencia están sencillamente más allá de su entendimiento. Es por eso que la explicitación de los deseos homosexuales de Ripley en la película también yerra en el tema. Lo que Minghella implica es que, para los años 50, la Highsmith se vió empujada a ser más circuspecta para hacer al héroe más digerible respecto de un público masivo, mientras que hoy en día podemos decir las cosas de una manera más abierta. Sin embargo, la frialdad de Ripley no es el efecto de superficie de su postura gay, sino más bien lo opuesto. En una de las últimas novelas de Ripley, nos enteramos que le hace el amor una vez por semana a su esposa Heloise, como un ritual habitual –sin ninguna pasión de por medio, Tom es como Adán en el Paraíso previo a la caída, cuando, según San Agustín, él y Eva sí tuvieron sexo, pero realizado a la manera de un simple ritual instrumental, como quien siembra semillas en el campo. Una manera de leer a Ripley es decir que es angelical y que vive en un universo que precede a la Ley y sus transgresiones (el pecado).

En una de las últimas novelas de Ripley, el héroe ve dos moscas en la mesa de la cocina y al mirarlas de cerca y ver que están copulando, las aplasta con asco. Este pequeño detalle es crucial –el Ripley de Minghella NUNCA hubiera hecho tal cosa: el Ripley de la Highsmith está de algún modo desconectado de las cosas relativas a la carne, disgustado de lo Real de la vida, de su ciclo de generación y corrupción. Marge, la enamorada de Dickie, da una adecuada caracterización de Ripley: “De acuerdo, tal vez no sea marica. Simplemente no es nada, lo cual es peor. No es lo suficientemente normal como para tener algún tipo de vida sexual”. Tanto como dicha frialdad caracteriza cierta postura lésbica, uno está tentado de alegar que, en vez de ser un homosexual reprimido, la paradoja de Ripley es que es un varón lésbico. La frialdad desentendida que subyace debajo de todas las posibles variables de identidad de algún modo desaparece de la película. El verdadero enigma de Ripley es por qué persiste en esta gélida conducta, manteniendo una psicótica falta de compromiso con cualquier apego humano pasional, incluso luego de alcanzar su meta y recrearse a sí mismo como el respetable art-dealer que vive en un rico suburbio parisino.

Quién sabe, la diferencia entre el héroe “recto” de Lynch y el Ripley “normal” de la Highsmith determinan las coordenadas extremas de la experiencia ética del capitalismo avanzado de hoy –con el raro giro de que Ripley es el “normal” siniestro y el hombre “recto” el raro siniestro, incluso pervertido. ¿Cómo vamos a salir entonces de este camino sin salida? Los dos héroes tienen en común la inclemente dedicación en alcanzar sus metas, de modo que una manera parece ser el abandonar este rasgo en común y rogar por una humanidad más “cálida” y compasiva lista para aceptar compromisos. Pero ¿acaso no es dicha “débil (es decir: sin principios) humanidad” el modo predominante de la subjetividad de hoy en día, al punto que ambas películas proveen sus dos extremos? A fines de los años 20, Stalin definió la figura del bolchevique como la unión entre la apasionada obstinación rusa y el recurseo norteamericano. Tal vez, siguiendo las mismas líneas uno pueda alegar que la salida está más bien en la imposible síntesis de ambos héroes, en la figura lyncheana del hombre “recto” que persigue su objetivo, junto al sabio recurseo de Tom Ripley"

Julia Kristeva
























"Recuerdo en mi libro que lo bello nació en el país de la melancolía, que es una harmonía más allá de la desesperación."

"Y si el "deseo" no fuera sino una película genial y entretenida pero extremadamente frágil que se desarrolla sobre el océano de la pulsión de muerte? "

"¿una civilización que ha abandonado el sentido de lo Absoluto del Sentido no es necesariamente, una civilización que debe enfrentarse a la depresión? O también: el ateísmo es implícitamente depresivo? O incluso: Dónde se encuentra la immanencia optimista del ateísmo implícitamente moroso? En la forma? En el arte?"

"Constato también el rol determinante del apego de la madre, en todas las formas de melancolía. Incluso el pánico del obsesivo frente a su propia depresión me parece atarse al hecho que el obsesivo esté ligado a su madre deprimida y que la irrupción de la melancolía en él lo confronte a la idea de considerarse como una mujer deprimida -idea intolerable... "

"El primer melancólico griego, Bellérophon, aparece en La llíada: desesperado, él se consume de tristeza y, abandonado de los dioses, no cesa de vagar evitando a los hombres. Hipócrates, en su teoría de los humores (humores, como líquidos corporales), atribuye la melancolía a la bilis negra. El texto más importante de la antigüedad griega acerca del sujeto, me parece ser "Problemata 30": de pseudo-Aristóteles. Extrae la melancolía de la patología y la ve, sobretodo como un estado límite de la naturaleza humana, como una crisis "natural" si se quiere, reveladora en consecuencia de la verdad del ser. El melancólico sería, entonces, el hombre de genio. Esta concepción fascina a los filósofos modernos, por supuesto. Pues si lo resumiéramos en una forma lapidaria, esta daría lo siguiente: el estado depresivo es la condición del pensamiento, de la filosofía, de la genialidad. En efecto, porque cambiaríamos el pensamiento, o las formas artísticas si antes no hubiéramos afrontado su banalidad. La depresión, en suma, en el umbral de la creatividad. "

"Hoy no es el sexo el que perturba o produce temor, sino el dolor permanente, el cadáver potencial que somos. Quién quiere mirarlos a la cara? La depresión es el secreto (secret), tal vez lo sagrado (sacré) moderno."

"Quien no escribe ni está enamorado ni se psicoanaliza, está muerto"

"Ser psicoanalista es saber que todas las historias terminan hablando de amor"







domingo, 9 de noviembre de 2008