viernes, 27 de febrero de 2009

Ayer por la noche me ve un precioso documental de la cadena Arte del año 1996 dedicado al techno

bamos a botar






































































































Camaradas del politburó, nuestra responsabilidad y obligación histórica como albañiles de una sociedad que cabalgue orgullosa y firme hacia un futuro próspero, nos obliga a acudir este domingo a la gran Fiesta Democrática y facilitar, con nuetro voto, el tránsito hacia un futuro lleno de esperanza.
Será la segunda vez que vote: sólo lo hice en una ocasión, y porque ese día hube de acudir a la mesa electoral en calidad de segundo suplente (total, me dije, ya de estar allí, por qué no depositar la papeleta). Sin embargo en estos momentos me siento embriagado de espíritu democrático, así que estar tarde cojeré un otobús a Verín para poder ejercer mi derecho a voto, como supongo que vosotros haréis igualmente, siendo como sois mucho más demócratas que servidor. Creo que voy a votar en blanco. El PSOE no me convence, el bloque (partido al que apoyé con la única papeleta que introduje jamás en una urna) se está convirtiendo en un grupo en mi opinión semi fascista (no hay más que ver sus campañas: apelan a que votemos con el corazón, románticamente, que es justo lo que creo que no se debe hacer) y el PP es una broma con gracia limitada. Ayer Federico comentó que en sudamérica se suelen meter lonchas de mortadela en el sobre como gesto de protesta, así que quizás me lo curre y diseñe una "papeleta-performance" con alguna foto guarra, un autoretrato o algo parecido (¿qué tal un autoretrato guarro?), para dejar patidifusos a los gañanazos de la mesa electoral en el momento del recuento.
Mi familia votará al SOE casi al completo, los de mi oficina me huele que tambien, y mis amistades más o menos modernas intuyo que apoyarán al BNG. Allá cada cual. Pero si he de hacer campaña, mi propuesta es: no seáis cómplices de la mierda pseudodemocrática que nos venden, seamos un poco consecuentes y metamos en la urna cualquier cosa menos una papeleta normalizada.

(Por cierto, nunca me corto al preguntar a la gente a quién vota, lo cual provoca un recelo y vergüenza que nunca entenderé. Creo que en esos temas hay que salir del armario y estar un poco orgulloso, lo contrario es un poco exagerado).

jueves, 26 de febrero de 2009

metanarrativa















No la he visto, si alguien se anima la tiene aquí (links no chequeados, aviso)

lunes, 23 de febrero de 2009

karaoke





















Esto es básicamente lo que he esuchado últimamente:
1. Konono nº1 - Me gusta mucho la música percusiva africana, casi tanto como odio los intentos de acercarla al pop: con ciertas cosas hay que ser puristas, porque el mestizaje tiende a echar a perder aspectos muy importantes, como por ejemplo la ausencia de melodía. El disco de estos mendas, hecho a partir de instrumentos caseros construídos con piezas de máquinas estropeadas (y no como gesto artístico o reivindicativo: sencillamente, es la única infrastructura que tienen a mano) es una pasada, para todos aquellos que gusten del techno y/o el minimaliasmo más místico. Una gozada cavernícola, llena de alegría y sentido de la diversión, superando los tópicos asociados al tercer mundo.

2. John Maus - Victor mediante, estoy investigando la obra de este GUAPÍSIMO personaje, cuyas cursilísimas canciones me parecen evocadoras y sinceras, con un toque kitsch verdaderamente seductor, que yo adscribiría al eterno avant-pop, generalmente británico, que tan buenas canciones nos dio. en los años 90.

3. Justice - Me acabo de ver su DVD y me ha parecido una vergüenza que hayan editado algo tan tonto, consistente en imágenes de la parejita haciendo el mongol y pretendiendo que su papillita electro-pop (que en disco funciona muy bien) sea algo más potente y sustancioso de lo que verdaderamente es. Todos los que aparecen en la peli son modernos, medioguapos y yeyés, pero en cuanto empiezan a actuar como rockstars la cagan, pero mucho. El momento pedo...¿qué significa? ¿a estas alturas algo tan trillado? ¿es que les da pudor sentirse tan estupendos?

4. Soulwax - Un poco mejor está el DVD de estos, ya que al menos la etsructura del documental parece tener cierta intención, las ghest-stars son mucho más interesantes, aunque la sobredosis de moderneo out of bounds me resulta un poco grimosilla. Ellos me caen muy bien y pinchan como quieren, las cosas que dicen son sensatas, pero la imagen de "desmadre electrónico cañero" resulta un poco penosita. En fín, disfrutable de todos modos, así que dadle mambo a esos torrents.

5. Crystal Stilts- de nuevo gracias a afex4, me he bajado el disco de este grupo y lo cierto es que tiene algunos temas muy pero que muy emocionantes, especialmente el que os linkeo. Será por las guitarras a lo psicodelia californiana, los reverbs noisettes o las voces de ultratumba a lo Disco Inferno, pero a mí consiguen ponerme un nudo en la garganta, como viejos grupos tipo Vitesse o Russian Futurists. Afortunadamente, su música excede con mucho las negritudes infantilonas de Joy Division, a los que se les suele comparar. Creo que voy a seguir a este grupo.

6. Bogdan Raczynski - Temazos los de este polaco, que en los años FIB nos traía locos con sus loquísimos discos, al igual que otra gente de su generación que ya va siendo hora de que alguien reivindique como legendarios, porque el cielo lo tienen ganado hace ya mucho: Squarepusher, Plaid, Bola, U-ziq, Mike & Ritch, LFO y todo el eje Warp-Rephlex, que por mucho que pretendamos regenerarnos con el sonido de cada temporada, es la música de nuestra generación (la de los nacidos circa 1975).

7. el sello Raster-Norton: Clicks & Cuts will never die. A ver, lo de esta gente no es exactamente música, sino más estrictamente audio, tal y como lo definió Markus Popp en su día. Un grado máximo de abstracción orientado a encontrar belleza en los sonidos producidos por máquinas, apreciando su lenguaje, sus maneras y sus límites. Alemania sigue en forma, pero para mí nadie ha superado todavía al genialísimo Oval. Es increíble que la gente se pase horas y horas en frente del windows y, a la hora de escuchar música, se retraiga a confortables ficciones pastorales de "falso directo" popeiro. A ver si de una vez por todas se hace realidad la profecía Matrix y las máquinas nos suplantan: al menos, el arte que producen es mucho más interesante que el nuestro.

8. NWA- El Greatest Hits de estos niggas da una de cal y una de arena, pero el temazo que linkeo sigue sonando como una apisonadora, aunque en el youtube se pierdan los potentísimos graves. No perderse tampoco otro clasicazo old school como el "The message" del pintas de Grandmaster Flash. O el "Today was a good day" de mister Ice Cube, que está chulísimo. O la pocho9lada del "Can you feel it" de Mr. Fingers. O el "Strings of life" de Rhythm is Rhythm. O el masivo y ravero "Higher states of consciousness" del Josh Wink. Y largo etc.

9. Bowery Electric- ¿Llegará el día en el que nos cansemos de este grupo? Sólo dos discos, y el impacto emocional que tuvo en muchos de nosotros fue insuperable. Al menos una vez al año, en una noche cálida, hay que repetir el ritual: música tenue, auriculares con el "Fear of flying" atronando, un bolígrafo, un papel y un vaso de vino. Recientemente me escuché los discos de un tirón, según pasa el tiempo me voy quedando con el primero, aunque el segundo...ufff el segundo es buenísimo.

10. Flin Flon
- En la onda math-rock de la que os he hablado apropósito de Foals, he estado escuchando bastante a este grupo cuyas estructuras rítmicas suelen ser muy buenas. Sin embargo, no he encontrado nada interesante en el youtube así que si a alguien le va ese palo, que se lo busque en el soulseek. Advierto : rock frío, repetitivo y basado en estructuras percusivas de 3x4, 3x5, 4x5 y similares.

cool ass
















Mongolo como siempre y dándomelas de guay, he venido a trabajar y el jefe no ha aparecido por ahora, y creo que no lo va a hacer. Mi relación con él es magnífica y le tengo muchísimo aprecio personal (él es lo que me ata a este trabajo, seguramente), nuestras sesiones de trabajo se suceden entre bromas, carcajadas y empatía, pero tiene la poco virtuosa costumbre de hacer su vida impetuosamente sin tener en cuenta a los que seguimos su estela. ¡Ay Carliños, estás como una cabra! Sus puteos respecto a mi incapacidad para el mundo automovilístico son punzantes, constantes, contantes y sonantes, por lo que su ausencia hoy me fastidia especialmente pues no puedo anunciarle con orgullo, como os anuncio a vosotros ahora, que por fín he aprobado el examen teórico. Toma ya. Los milagros existen (y no sólo para una starlette venida a mucho más como Penelope Cruz) y durante un tiempo no necesitaré comprar papel higiénico: tengo un modo muy innovador y deconstructivo para que el Código de circulación por fín me sirva para algo...
Así que ante lo aburrido de la mañana (debo ser de los pocos que se divierten más en presencia de su jefe) me he decidido a hablar un poco, en tan hollywoodiense fecha, de alguien a quien he seguidoa con amor y odio desde los lejanos tiempos (¡hace ya décadas!) del 2000 Maniacos: el crítico y ensayista Jordi Costa, que en su día tuvo ya un Maleducados, como Dalí.
Este señor ha dicho muchas tonterías a lo largo de su carrera, especialmente por culpa de su tendencia al amiguismo y colegueo con gente infinitamente más mediocre que él, y que le ha obligado a manifestarse fiel a lo más estéril de cierta cultura trash (Manuel Valencia y adláteres) que hace tiempo que debió dejar atrás. La bobada aquella del porno español, "la caspa", "lo friki" y "Kárate a muerte en Torremolinos"... en general lo más indigno y churrigueresco del universo fanzinero, siempre han sido un lastre para alguien de su inteligencia y sagacidad, que no deja de superarse en cada nueva aparición. Su etapa mondobruttera y en Cuatro fueron de lo menos interesante de su trayectoria (¿para qué obcecarse contra alguien tan inane como Amenábar?) y en Fotogramas en ocasiones hilvanaba puntos de vista un poco simplistas (no me gustó nada su crítica de 300) pero desde que escribe en El País, se ha convertido en el único crítico de cine fiable de España. Baste echar una ojeada a su impresionante y exacto comentario sobre Wall E o la crítica de El caballero oscuro, que comparto palabra por palabra. Desde hace unos años, Jordi ha crecido muchísimo como hombre de cultura, y no pierdo nada de lo que hace, pues su estilo escribiendo, los referentes que utiliza, los asuntos que trata y su relación de amor y odio hacia el espectáculo como hipnosis, son muy similares a los míos. Nos une el rollo nerd, y nadie ha comentado a Todd Solondz como el (este libro es muy pero que muy recomendable, que nos os eche para atrás su cochambrosa portada).
Justo lo contrario sucede con su némesis en el mundo Prisa, ese Vicente Verdú que con pomposa posmodernidad habla sin decir nada sobre los asuntos que deberían cubrir gente preparada como Jordi Costa. Pasmado me quedé ayer leyendo la inenarrable sucesión de sandeces que Verdú publicó en el delirante EPS a costa de la crisis, en el artículo más trash que haya leído sobre tan espinoso asunto. Empapado de progresía y populismo polanquil, el tan moralista como passe Verdú se saca de la manga una retahíla de sisentidos sobre la solidaridad global, la culpa y la redención torpemente maquillados con lenguaje web 2.0 pero completamente carentes de seriedad o distanciamiento, en un perverso ejercicio de apropiacionismo de la terminología de los posmodernos (hiperdemocracia, conciencia global, conocimiento compartido...) para darles la vuelta y ponerlos en orden bajo un esquema moral completamente católico: culpa, materialismo, frivolidad, individualismo, consumismo. No me siento capaz de explicar por qué este tipo de cosas me ponen de tan mala hostia: será por el modo en que subtrerráneamente mantienen el status quo sobre "lo positivo" y "lo negativo", por la siembra de ficciones colectivas supuestamente progresistas pero completamente arcaicas, o por la necesidad patológica de legitimar a personas o acontecimientos mediante su descripción como héroes y leyendas.
Leo todo lo que cae en mis manos respecto a la crisis, siguiendo un criterio muy rígido: me tomo en serio todo lo que se va diciendo, excepto lo que se dice en El País. ¿Cómo es posible que le encarguen ese artículo a una vieja gloria como Verdú? Este pobre hombre lleva años pretendiendo seguir en el candelabro con sus ensayos sobre el mundo post-mundo, edificando un discurso cuyos débiles cimientos (el buenrollismo humanista y falaz de lo Prisa) le perpetúan como mismo perro con distinto (y posmoderno) collar. Como el partido demócrata americano, ese rollo de grandes gestos y palabras dogmáticas sin nada detrás, al servicio de ese nuevo burgués que habla con su hijo Erasmus a través del messenger y se apunta a todo lo que huela a fenómeno pásalo. Me está costando mucho enterarme de una vez de que el mundo es duro de mollera, y que en ningún lugar nunca nada cambia.
En fín serafín. Será cuestión de apuntarme de una vez al rollito de Wired, que a ver si la sacan en castellano de una vez, porque si en USA se atrevieron a sacar un número con Rem Koolhaas ejerciendo de curator, aquí podrían hacer lo propio con Jordi Costa como maestro de ceremonias.

domingo, 22 de febrero de 2009

La Ley





















Razones para odiar a Dalí, hay todas las del mundo: su papel de payasito mediático de los surrealistas, lo poco coherente de su relación con el poder, los circos que montaba en torno a su grotesca figura, la apropiación que de él ha hecho cierto catalanismo burgués (a un Boadella, un Mariscal o un Maragall se les llena la boca con la supuesta y trascendente catalanidad de Salvador) y, más que cualquier otro defecto, su tendencia a quedarse más con lo ocurrente que con lo importante. Dalí despierta la sospecha de que sus excentricidades responden más a una voluntad de producir un "shock" mediante la sorpresa, que a una auténtica e individual búsqueda artística.
Siendo un adolescente romántico, me enervaba la carencia de emotividad confesional en su pintura. Como joven "progre", no le perdonaba la frivolidad de su actitud respecto a las liturgias y sacramentos del psicoanálisis. Y como aficionado al arte, su estética me ha parecico con frecuencia la de un virtuoso trécnicamente irreprochable al servicio de la producción de posters para habitaciones de universitarios, imágenes impactantes pero escasamente consistentes.
Con el tiempo, sin embargo, me lo he ido encontrando en ámbitos que me interesan mucho y en los que, silenciosamente y ejerciendo de "secundario de lujo", Dalí me ha demostrado tener un estar en el mundo muy complejo y maduro: su interesantísima y asexuada relación con Gala (desconcertante , fascinante y subversiva en tiempos tan hipersexualizados como los presentes), el modo personal e inteligentísimo con el que adelantó a los surrealistas por la derecha, el desconcierto de sus referencias al diván y el ensueño, lo adelantado que estuvo a Warhol en la mutación del arte en sujeto de mercado...y muchas otras cosas. Ahora que ando enfrascado en (ejem) el misterio religioso, se ha renovado mi afición por su persona al comprobar lo profundamente geométrico y matemático de muchas de sus composiciones. Concretamente, su muy mística, masónica y cerebral fidelidad a las reglas de proporción que se derivan del número Φ.
Bien. A todos nos resulta familiar dicha imaginaria cifra gracias a (o por culpa de) la frivolité aquella de El código Da Vinci, y la celebérrima Serie de Fibonacci. Me gustaría poder decir que como arquitectos, sabemos todo lo que hay que saber sobre la proporción Áurea, o Divina Proporción, pero mucho me tema que nuestra formación ha sido demasiado tontolona como para que nadie nos haya puesto en la órbita de algo que ha sido tan importante en la historia de la producción de artefactos por parte del hombre, y por tanto de la arquitectura. Los arquitectos contemporáneos suelen dimensinar las cosas o bien "a sentimiento", o bien según criterios estrictamente tecnológicos o tabulados: ideas como simetría, patrón o "trazados reguladores" suenan a pintoresquismos retrógrados que no hacen sino limitar la imprescindible libertad del proyectista. ¡De aquellos polvos vinieron estos lodos! Del mismo modo que pedir democracia exige estar a la altura de la responsabilidad que conlleva, dimensionar libremente y no sistemáticamente exigiría un talento del que casi todos carecemos. Y a este respecto obvio decir que tanto la simetría como el número Φ no son meros recursos de estética vintage, porque encierran muchas soluciones a nivel estructural, de soleamiento, de "organicidad", de ergonomía, puesta en obra, confort, percepción, y un largo etc. La evolución de las especies, que a fín de cuentas es el gran paradigma en aquello de "la forma sigue a la función", está plagada, de modo misterioso, de referencias a esas ubicuas proporciones. No insisto en el tema, así que os dejo este link por si alguien quiere empezar a informarse al respecto.
Vuelvo a Dalí: alguien tan aparentemente anárquico en su pintura como él, estaba muy interesado en el papel que las proporciones aureas han tenido en la evolución del mundo y el arte. Eminentemente, por razones muy similares a las mías, y que quedan muy bien resumidas en un aforismo de Einstein que, más o menos, dice que "lo más incomprensible del universo, es el hecho de que es comprensible": su naturaleza sigue una particular y misteriosa legislación, a la que nada escapa, y cuyo orden perfecto constituye en sí mismo una forma de divinidad. La Ley del universo no sería, para los físicos teóricos, una huella de Dios, sino que sería el propio Dios. En sus intercambios epistolares con científicos y geómetras, Dalí se revela fascinado por las propiedades y particularidades de la ley matemática, pero más aún por el mero hecho de su irrefutabilidad, misterio que ha constituído una forma de mística desde los tiempos de Pitágoras, y que actualmente me resulta mucho más interesantes que la otra mística, la de la pasión y el ego, de matriz cristiana. Bajo el aparente y caprichoso culto al sentimiento y la intuición de los cuadros del catalán, se esconde una adscrición secreta (y muy seria) al valor de la razón, los números y las ideas (que no son sino las dos caras de una misma moneda).

Comparto con Dalí otro gran interés: Las Meninas. Cito:

El comentario más llamativo lo hicieron dos de los artistas surrealistas más importantes: el pintor Salvador Dalí, pintor y el escritor francés Jean Cocteau. En una visita al Museo del Prado, un periodista les preguntó: ¿Qué salvaría del Prado ante un incendio?. Jean Cocteau tuvo una contestación realmente provocadora: Yo salvaría el fuego. La respuesta de Dalí no le fue a la zaga cuando dijo: Pues yo salvaría el aire, y más concretamente, el aire que Velázquez encerró en Las Meninas, que es el aire más transparente y de mejor calidad que existe.

Siendo Velázquez alguien tan grande, por supuesto que compuso su gran obra maestra siguiendo la Ley de las proporciones áureas, cuyos trazados reguladores ilustran este post. Supongo que muchos de vosotros, ante este cuadro, os habréis preuntado por qué existe tanto espacio vacío por encima de las figuras. Pues ahora ya lo entendéis. Aunque, por supuesto, existen muchas otras razones. Pero quiero dejar claro que la ubicuidad de phi no es una cuestión de superchería, superstición o conspiranoia cósmica, sino de orden y funcionalidad, lo cual lo convierte en una ley ciertamente divina pero completamente misteriosa.

viernes, 20 de febrero de 2009

¿Qué intentáis comunicar con vuestra música o qué emociones queréis obtener de oyente?
No sabemos quién está oyendo, lo que están haciendo y pensando ni dónde están, ni siquiera en qué aparato nos escuchan, así que eso no entra en nuestra música en realidad.
Pero seguramente queréis provocar algo en ellos de alguna manera.

- = +




















(Quiero decir para empezar que me estresa la inquietud de mis amistades respecto a mis penosos avatares con el mundo de la conducción. No he ni siquiera ido a preguntar la nota porque no quería escuchar ayer una nueva reprimenda del culigordo de la autoescuela, con lo cual aún nadie me ha comunicado oficialmente mi suspenso. El tema me enerva, pero tampoco tanto: será cuestión de tomármelo más en serio que hasta ahora, y seguir intentándolo. Recibo mensajes constantes en plan "tranquilo, ánimo, no pasa nada, etc" y lo que tengo que decir es: estoy muy tranquilo, esto no es el fín de carrera, ya no tengo edad para amargarme con semejantes chorradas, y que me hace gracia el asunto pero no quiero que monopolice el blog porque hay lectores a los que eso no les importa nada).

Ayer me ví el documental de la revista Slices sobre Richie Hawtin, en perfecto castellano tuneado, y me ha parecido muy divertido y disfrutable. Se trata del típico reportaje temático de los que suelen poner en Antena 3, de esos del tipo "contar la vida de un famoso lamiéndole el culo constantemente, dejando claro lo maravillos que es", y construído a base de entrevistillas a amiguetes y alguna imagen de archivo sin gran interés. El tono "para todos los públicos" es muy simpático: todos los planos son muy cucos, todas las ciudades parecen preciosas, la gente es buena y simpática, y lo que se dice es muy fácilmente comprensible sin siquiera saber lo que es un DJ. Muy americanamente, el contenido es de nivel EGB, y la figura de Richie se reduce y envasa al vacío bajo el manto del arquetipo "nerd inglés emigrado a una aldea canadiense que se redime gracias al esfuerzo, la pasión y la fidelidad a sus amigos y familias". Tal cual Pascual. Lo shockeante es que no nos están hablando de los típicos infrapersonajes de la farándula que suelen ocupar dichos programitas, sino de un DJ, que para más inri es un DJ de techno, y para mayor escándalo es EL DJ de techno.
La palabra nerd se repite mucho a lo largo de las entrevistas, lo cual me encanta (qué queréis que os diga: cada vez que oigo ese término, me siento un poco pionero en su reivindicación) pero la impresión que da el documental, lamentablemente, es la de que Hawtin es un tontorronazo minineuronal. Muy penoso. El bueno de Plastikman nos cuenta el buen rollo con su familia, su vida burguesa en Berlín, habla de una relación parejil con todas las papeletas para ser insuslsa a más no poder ... pero lo que más duele en semejante falta de arrogancia o descaro es escucharle soltar perlas del calibre de "Veo cuadros de Rothko y pienso: ¿cómo sonaría si fuese música?" (que es el tipo de bobadas que me ponen de los nervios) o el momentazo en el que "descubre" el arte minimal a través de una cutre-exposición amateur de su hermano, gracias a lo cual devora toda la bibliografía Taschen-style al respecto. Supercutre y gañanísimo, con otras sandeces en la onda de "lo que busca es reducirlo todo al máximo, llegar a lo mínimo" , como si el catálogo de M-nus fuese el de Ikea. Minimalismo decorativo, lo cual es tanto como decir que el pobre hombre no entiende nada.
Como estrategia y acercamiento al arte, los minimalistas me parecen muy arriesgados e interesantes, porque hay algo muy oriental y espiritual en lo que hacen, pero esas tonterías de diseño que se apropian del término para devolverlo como mera imagen me enfurecen y provocan un rechazo total hacia este tipo de naderías, que han quedado como la estética más ad-hoc para los millonarios de derechas. Para mí, el minimalismo consiste en eliminar de nla pieza artística cualquier rastro de nuestro Yo, como ya he dicho mil veces: encontrar la belleza en algo que nos es completamente ajeno, porque es únicamente lo que es. En música, lo más impresionante es el modo en que sus practicantes consiguen "congelar el tiempo" renunciando a melodías o variaciones: cuando uno escucha una pieza de ese palo, lo que se escucha tiene valor en el instante, sin necesidad de recurrir a un desarrollo temporal (melodía) que lo legitime. La música minimalista es, entre otras cosas, la música del instante. Pero estas teorías en el fondo dan mucho igual: el hecho irrefutable es que, aunque sea medio mongol, Richie tiene muchísimo talento y su música, cuando se esmera y acierta, es realmente impresionante (los temazos que se escuchan en el documental son bestiales), pero su falta de chicha personal me da un poco de pena. Me gustaría que tuviese un poco de actitud, sea la que sea : la de nerd rebotado tipo Modeselektor, rollo silencioso como Jeff Mills, o party animal descocado en paralelo a Sven Vath. Algo. Pero Richie es un sosainas impresionante, por mucho que le haya dado por ponerse pelucones y disfracillos en los últimos tiempos, porque sigue sin tener carisma de ningún tipo (al menos para mí). Aunque bien pensado, qué más da, siendo sólo música. Autechre no tienen ningún carisma tampoco y son los jefes de todo, pero al menos ellos se abstienen de hacer el idioto en un documental en el que lo único que queda claro es que no tienes nada que decir.

miércoles, 18 de febrero de 2009

spain cero points

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"si te subes a un tigre, no te bajas cuando quieres tú si no cuando quiere el tigre"

proverbio chino

martes, 17 de febrero de 2009




















Espero lograr reunir la fuerza de voluntad para dedicar TODO mi tiempo hoy y mañana a estudiar el carnet, y me da rabia porque hay una serie de cosas de las que me gustaría hablar y no me gusta esperar: ya se sabe que si pasó el día, pasó la romería. Al menos, decir que he visto últimamente las siguientes películas que brevemente comento:
- Sueños de un seductor: Genial pese a lo obvio y trapalleiro del final hacia el que se dirige toda la película. Los chistes sobre psicoanálisis, descacharrantes.
Mujer de Woody: Lo siento pero te dejo. Mi abogado llamará a tu abogado.
Woody: No tengo abogado. Mi psicoanalista llamará a tu psicoanalista
- Maridos y mujeres: Otro peliculón, aunque el personaje de Woody es un poco asquerosete, en ocasiones el fulano se cree más interesante de lo que en realidad es. Para mí, lo mejor es el personaje de Mia Farrow, y lo peor el cómo se resuleve el matrimonio de Sydney Pollack
- La invasión de los ultracuerpos: La versión de los años 70, la que más me gusta tras haberlas visto todas (incluídas la bazofia de Abel Ferrara y la más o menos digna de Nicole Kidman y Daniel Craig). Muy buena e inquietante, aunque ya no da mucho miedo. Lo curioso es que en mi opinión mola que ganen los ultracuerpos, porque los humanos somos un desastre (quiero escribir sobre esto, porque me encantaría una sociedad robotizada donde la gente funcione por el raciocinio y no las emociones).
- The Baader- Meinhoff komplex: Tuve que verla en italiano y por fortuna todavía lo entiendo. Se trata de una especie de tv-movie, sin mucho interés cinematográfico pero que da una imagen bastante imparcial del tema, y explica muy bien cómo se les va de las manos poco a poco el asuinto ideológico a medida que los delitos se hacen más y más graves. Interesante de ver, entre otras cosas porque asombra lo concienciada y activa que estaba la sociedad y su contracultura en los años 70 (es increíble que de todo eso sólo haya sobrevivido lo más cutre: la ETA).
- Pozos de ambición: es una de las películas que más me han afectado en los últimos años. Se le pueden poner muchos peros, puesto que el director no se ha cortado a la hora de ponerse pedante, pero entre la impresionante banda sonora (de las mejores que he escuchado nunca), la sequedad de la relaciuón paterno-filial, y la maravillosa descripción de los pionero sdel petroleo, realmente cada vez que la veo me quedo patidifuso. Me afcta mucho esta peli, se me hace muy intensa. Y la metáfora sobre el abandono de los ideales religiosos frente al empuje mercantil, tan faustiano, está bordado. Peliculón.
-Deep Impact: En mi casa somos muy fans de "El día de mañana" y de vez en cuando buscamos alternativas para saciar nuestra hambre de cataclismos, destrucción masiva y catástrofes a escala grlobal. Pero esta peli es muy cursi. Vale, muere hasta el apuntador, pero cuando vemos ciencia ficción catastrófica no pedimos sentimientos a flor de piel: queremos renders increíbles de tsunamis desbocados, ciudades engullidas por la naturaleza, explosiones tremebundas, y todo en dolby y alta definición. Así que esperamos la secuela de "El día de mañana". Que será, supongo, "El día de pasado mañana".

Antes de despedirme para volver a los tests, os dejo los links para dos supertemazos de la Penguin Cafe Orchestra, banda que se me hace muy cursi a veces (en comparación con otros más o menos experimentales y/o minimalistas de la época, como Brian Eno, Moondog o el mismo Michael Nyman) pero que tiene algún que otro supertemazo. El primero aparece en la BSO de Napoleon Dynamite, es preciosísima y no se pespega de tu cabeza: es puro bubblegum orquestal y se llama Music for a found harmonium. La otra la conocí hace mil años en una sesión de Coco para la sintoteca, y desde entonces me encanta, me parece un temita muy pero que muy bonito: Telephone and rubber song (por cierto, este video en el que aparece es interesantísimo).

Hala, disfrutad la vida vosotros que podéis. Dejo links a los youtubes que me pongo de fondo mientras hago los test:
recuerdos de Italia
mi tema favorito del wim mertens, por ser el más arquitectónico. muy turinés
deste que murió Mary Hansen, escuchar a este grupo me da mucha pena, pero son buenísimos
...y si nó, mira
peter murphy tenía su aquel físicamente, cinco o seis temazos y un supertemazo: éste
no es su mejor canción, pero este grupo es la bomba
este grupo está de mini-moda, pero prefiero africanadas mucho más rítmicas
...como por ejemplo ésta. Pa que luego critiquéis el techno.
Al rollo gamelán llegué a través de Steve Reich, y es muy aqruitectónico, muy estructural
me gusta esto para estudiar, quizás por eso he suspendido :-).
impresionante,de lo mejor que he visto en la tele musical jamás

miércoles, 11 de febrero de 2009

autoretrato






















Jaime: fotos recibidas, parecemos la bella y la bestia.

Vic: gracias por la info, por ahora no me meteré en semejante fregado porque no tengo tiempo y me da un poco de pereza. Si algún día me da por tomarme en serio el blog, indexaré y de todo, pero por ahora es una frivolidad entre amigos.

Xose: macho, el carné es un infierno. ¿POor qué la gente es tan fantasma de que se lo saca chapando una semanita? Yo llevo tres días dándole duro, y cada vez sé menos. Es imposible memorizar semejante cantidad de datos absurdos. Que si remolques, motos, arcenes, amarillo auto, MMA, prioridades, estacionamientos, hemorragias, carters, repuestos y la madre que los parió. Fucking shit, esto no es para mí, no me da la olla, ya no tengo la capacidad de sentarme y absorver datos como Nº 5.

Resto de gente: disfrutad de los Tindersticks y poneos bien guapos para la cita. No os bajéis "Redes" porque en el fondo es muy superficial, nunca dicen nada en claro y el Punset se gusta demasiado a sí mismo (hay documentales mucho mejores en el emule). Llamadme de vez en cuando, pues me tenéis muy abandonado. No os riáis de mí cuando suspenda. Habrá que ir pensando en dar una cena o fiesta inaugural del piso, con los necesarios 3 meses de retraso. Me he vuelto a ver "Hannah y sus hermanas" y me decepcionó respecto al recuerdo que tenía. Estoy bajando "Caramelo asesino", "El puente sobre el río Kwai", "Deep impact", documentales sobre Baader-Meinhoff, el "Slices" dedicado a Richie Hawtin, "La invasión de los ultracuerpos" y viejo porno de la serie de Colt "Bullet videopac". Etc.

martes, 10 de febrero de 2009

¡Y España fue un clamor unánime!

crasssssssssssshhhhhhhhh



























































Siempre me pasa lo mismo, siempre me confío y lo dejo todo para el final, y así me va. me cago en todo. Espabilado y listillo como siempre, tuve la genial idea de matricularme para el examen del teórico de esta semana. estoy haciendo tests, y mi media sostenida en 6 errores me está tocando mucho los webos. Eso me pasa por subnormal y no haberme puesto a chapar en todo el fín de semana. Mierda.

lunes, 9 de febrero de 2009

LaFawnduh





















Los recientes, furibundos y persistentes temporales están haciendo mucho por refrescar mi cultura cinematográfica, ya que en la disyuntiva entre salir a tomar una copa contra viento y marea, o quedarse en casa calentito dándole mambo a los dvds ripeados, no cabe duda: más cine por favor. Y como no hay mal que por bien no venga, he pasado la obligada invernación disfrutando de varios films realmente molones.
La primera sorpresa ha sido la muy recomendable "Margot y la boda", dirigida por un (por mí) desconocido Noah Bauchman y protagonizada, seguramente en su mejor papel, por la tan hierática como tontita Nicole Kidman, en un rol de dominatrix pasiva-agresiva de clase media adecuadísimo para su impertérrita fisicidad. La película, sin salirse ni un milímetro de los cánones del indie norteamericano, consigue darle una vuelta de tuerca a tan tedioso estilo mediante un guión valientemente áspero y amoral, que no duda en poner encima de la mesa los peores subterfugios y egoísmos de una familia disfuncional cuyo aparente buen rollo se cimenta en realidad en la envidia, el recelo, el rencor y la duda. Sus protagonistas, dos hermanas de torpe discurrir existencial y adictas a los placebos para olvidar el correoso peso de sus fracasos pretéritos (la Kidman y la siempre neurótica Jennifer Jason Leigh) parecen sacadas del cuento moral europeo de los años 70, aquellos films de Polanski o Chabrol en los que paranoicos urbanitas ilustrados se abocan al abismo al intentar ejecutar con precisión las coreografías cotidianas de la forma de vida burguesa, tarea para la que no están ni preparadas ni tienen suficiente convicción. El mal rollo en la película es tremendo y constante: los diálogos, cortantes y brutales, la ausencia de música, la torpeza con la que Kidman saca adelante a su hijo, el patético y tragicómico personaje de Jack Black, la pobreza moral de unos personajes que se mantienen a flote sin ser capaces de reencontrarse armónicamente con su pasado... Una sorpresa, y una deliciosa película que os recomiendo vívamente, porque Hollywood no acostumbra a regalarnos caramelos tan sabrosos y envenenados. Merece la pena, y sobra deciros que en emule es gratis, así que no perdérsela.
Otro precioso film que recuperé casualmente es la preciosa "Napoleon Dynamite", posmodernísima comedia nerd dirigida por el desquiciado Jared Hess y protagonizada por ese genio del humor gestual que es Jon Heder, del que ya os he hablado. La primera vez que ví la peli, hace un par de años, no llegué a disfrutarla porque, entre otras cosas, estaba demasiado diseñada para gustarme (cuando alguna obra de arte reúne todo aquello que me interesa, tiendo a mirarla con recelo): uso simbólico y retorcido de los tópicos del lenguaje cinematográfico, humor patético, biografismo nerd, ambientes white trash, esperpentos de high school... Esta película es indescriptible y ambigua hasta el punto de que no sé muy bien cómo abordarla y describirla, porque su atmósfera (tan fría y absurda como hilarante) no tiene muchos parangones en otras cosas que yo conozca. Es una película de nerds, es absurda, es patética, sus chistes buscan ser los más malos del mundo, el lenguaje cinematográfico es el del cine ampuloso y sosegado en plan Terrence Malick (la característica más extraña, arriesgada y divertida del film), y los protagonistas son completamente subnormales. Pero hay algo muy tierno y alegre en el penoso discurrir de Napoleon y su amigo Pedro: siendo una película de nerds, pasa por encima del victimismo sórdido del "perdedor trágico" en plan Todd Solondz, y consigue emocionar gracias a mostrarnos a los protagonistas como seres infantiles, egoístas, inútiles, asociales, feos y sin ningún tipo de interés, pero con curiosas y muy personales estrategias de felicidad. Se trata de una película única, muy curiosa y personal, en cuyo juego hay que entrar para poder disfrutarla (cosa que no hice la primera vez que la ví) pero os recomiendo que no decaigáis ante el impacto de extrañeza que producen sus instantes inicales (esa atmósfera de rareza y chistes malos resulta muy desconcertante al principio) y consigáis aguantarla hasta el final, porque el demencial momento del baile de Napoleon os va a sorprender, y toda la película cobrará sentido. Ese momentazo, el de Jon Heder bailando con ese gesto amongolado que hace con sus labios, es una de las escenas más bonitas, emocionantes y extrañas de la historia del cine, así que no os la perdáis (esa escena está en el youtube, pero no la veáis antes de ver la peli. Porfa). De hecho, me ha sorprendido ver en los tubes un montón de recreaciones del antológico baile en fiestas colegiales americanas, así que supongo que ya ha entrado en la leyenda de la cultura teen universal.
Es que nunca me cansaré de decirlo: Jon Heder es increíble, tiene ese don secreto (como Peter Sellers o Mr. Bean) de provocar la carcajada con su sola presencia en pantalla. Un crack. Y fijaos si es buena la peli, que consigue que los títulos de crédito resulten hermosísimos...con una tremenda horterada ochentera, el "The promise" de When in Rome.
Y la última peli que me comí fue "Cita en París", un pequeño clásico que todos hemos visto por televisión, y que con los años recuperas con cariño por admiración a sus protagonistas y lo que representan. En este caso, ese glamour sesentero, muy twee y muy romántico, garantizado por dos protagonistas legendarios como son Audrey Hepburn y William Holden. Ella, como siempre, la encarnación más exacta de cierta belleza maternal, a un tiempo incorpórea y hermosa, delicada y magnética en su escultórica delgadez y melancólica sonrisa: el tipo de persona a la que no le puedes sacar ningún pero, perfecta en su intangible emotividad, y aquí encarnando otra de sus arquetípicas mujeres ingénuas, inconscientes de su belleza, un poco asexuada y contagiando de vida a los que la rodean. Él, mi adoradísimo William Holden, un actor que siempre me ha fascinado por su mezcla de ternura y tragedia, y por un físico bello y agreste deudor tanto de su pasado como beefcake y golden boy, como de un devenir plagado de alcohol, penurias y bofetadas. Holden suele interpretar a has-beens, porque ese es el arquetipo que mejor se adapta a su particular gestualidad: personajes al borde del precipicio que mantienen un pie en la cordura gracias a la esperanza en la aparición de un amor redentor, desesperados ante la futilidad de la vida y en perpetua confrontación con un paraiso pedido que, antes o después, habrán de recuperar. "Cita en París" es una modesta y simpática joyita del Hollywood del star-system, de aquella imagen de la vieja Europa que los yankis tenían antaño, y de ese humor sofisticado y aristocrático en la onda de Blake Edwards o Billy Wilder que probablemente se haya perdido para siempre. Hoy en día, somos demasiado ingenuos para producir este tipo de repostería, porque estamos demasiado acostumbrados a que los caramelos traigan veneno en su receta, como en "Margot y la boda" y "Napoleon dynamite".
Así que ya sabéis: c:/program files/emule/emule.exe. Os váis a "buscar", doble click, y en un par de días, a disfrutar.

viernes, 6 de febrero de 2009

Heinrich Zille




































































































Todo un personaje, del que podéis informaros aquí. ¿El Castelao berlinés?

vintage xxx











































(de wikipedia)


" En la Antigua Grecia, una herma (en griego antiguo έρμα, plural έρμαι hermai) era un pilar cuadrado o rectangular de piedra, terracota o bronce (el estípite) sobre el que se colocaba un busto del dios Hermes, normalmente con barba (signo de fuerza física), y cuya base se adornaba con un falo en erección (símbolo de masculinidad y de disposición a las armas) "

En la estatua de Praxíteles que véis encima, ¿en qué posición estaría el brazo si la pieza estuviese completa? Acostumbrados a verla mutilada, se me ocurre que cualquier posición en la que lo colocásemos quedaría fatal. Son cosas que pasan.

la máquina inútil


































Siendo aún adolescente, me gustaba mucho el trabajo de Jean Tinguely, escultor suizo que producía esculturas maquinales orientadas a producir automatismos inútiles: me identificaba con el existencialismo de fabricar ingeniosamente máquinas que no sirvan para absolutamente nada. Hoy en día tales pesimismos no significan demasado para mí, pero Tinguely ha sido, acaso involuntariamente, un visionario del mundo de la reutilización, reciclaje y reorganización de manofacturas obsoletas. En cualquier caso, la idea de hacer esculturas a partir de máquinas me resulta muy interesante, y parece que hoy en día el más reputado en tales menesteres es el señor Jeremy Mayer, que tiene piezas a partir de máquinas de escribir y trozos olvidados de metal, que tal vez sean ingénuas y torpes a nivel museístico, pero que como arte popular están cargadas de interés, espontaneidad y belleza. Sin embargo, estoy en fase de miulitancia por la abstracción, así que el figurativismo de Mayer le resta mucha potencia IMHO.

Bien. Saco a esta gente a colación porque por fín he terminado algo parecido a un e.p., un pequeño minidsco de techno casero, que en espíritu tiene mucho que ver con la estética y la actitud de los machine artists. Me lo he pasado bomba haciéndolo, he aprendido un montón respecto a lo que me interesa en el arte, y me he sentido como los chavales de Birmingham en 1995: es música completamente autoindulgente, que no pretende gustarle a nadie más que a mí, y eso hace que haya recuperado la espontaneidad que empiezo a echar de menos en lo que escribo en el blog (pues terminas redactando pensando en el lector, lo cual es una limitación fortísima). Estas canciones me encantan, pero sobre todo me ha encantado producirlas, el proceso creativo y la estructuración de los patrones.
Me gustaría dejar claro que se trata de techno, muy cavernícola y rudimentario, pero que hay que escuchar con la misma oreja con la que pinchas a Jeff Mills, y no los discos de WARP. Me gusta que los sonidos suenen independientemente, cada uno con su cadencia y velocidad, superpuestos, con puntos de armonía y disonancia, buscando el efecto contrario al "muro de sonido": los patrones funcionan como líneas paralelas sobre bases de zumbidos en espiral, con momentos que se pueden bailar, y otros cuya dislocación rítmica crean una incomodidad que me resulta muy atractiva. Es el tipo de música que me gusta escuchar en casa: ritmo y estructura, nada más, y sonando al silicio y acero de la tarjeta de sonido.
Diría "espero que os gusten" pero no creo que nadie por aquí comparta mis gustos musicales. Pero estoy orgulloso porque, repito, las he hecho para mí.
Aquí las tenéis.

Sé que en breve dejarán de gustarme. Siempre sucede, con todo lo que creas: una vez lo terminas, tras un paréntesis tímidamente disfrutable, siempre piensas que deberías haber ido mucho más lejos. Es una sensación desconcertante pero bonita, porque lo que queda para tu posteridad es lo que has aprendido.

martes, 3 de febrero de 2009

ma musique





















Bueno, empiezo a subir alguna musiquita que he estado haciendo con el fruity pese a que no creo que a nadie le interese demasiado, teniendo en cuenta el tipo de material que me gusta: techno superfrío y amateur, con sonido de lata y basado en la superposición de patrones rítmicos de diferente medida. Si algo de bueno tiene el Fruity es que manejas los ritmos de un modo muy matemático y preciso, y que sus filtros (supercutres) dejan un sonido de casio oxidado que me encanta. Os explico:

1
Aunque no lo parezca, este temita me ha costado mucho terminarlo, especialmente para cuadrar las velocidades y fijar el reverb en el punto que me gusta. El zumbido que estructura el tema tiene detrás más curre del debido (es que soy muy malo usando el fruity, y tengo que hacerlo todo con métodos muy poco ortodoxos), y los hats son de serie, sin filtrar, porque quería que sonase muy Minus. ¡Ah! cuando creáis que los ritmos no están cuadrados, lo que sucede en realidad es que se superponen patrones de 8 pasos con otros de 12 (3x4, o 4x3) y otros de 16. Es lo que me gusta, música un poco esquizofrénica.

2
Esta empezó sonando muy sincopada (está hecha con patrones de 3 pasos en lugar de 4) pero acabó así, un poco pomposa y psicodélica, lo cual quizás le quita potencia a la estructura rítmica (que me la trabajé, de hecho los charles y hats no son 4x4 aunque lo parezca) pero me gusta para bailar en mi cuarto. Me hubiese gustado menos cuadrada, pero bailar es bailar.

3
Esta es la menos accesible porque la base va con 6 pasos, luego hay otra con 3, y el resto 4, con lo cual hay que estar muy pendiente para apreciar que en realidad todos los sonidos responden a una única estructura.


4
Aunque parezca el tema más tonto de todos, es el más trabajado, porque superpuse patrones de diferente medida y velocidad (que es lo que me gusta) buscando puntos de armonía más o menos aleatorios. Hubiese filtrado más los sonidos pero me gustan así, muy primitivos. Es un poco reggaeton mutante.

Mañana quiero subir material antiguo, que era si cabe más robótico y metálico.
ZIP Code List

lunes, 2 de febrero de 2009

Números, realidad y miedo

















Siempre he sido, incluso en las asignaturas cuyos exámenes consistían en la resolución de ejercicios, más de comprender y aplicar teorías, que de resolver mecánica y metódicamente los problemas. Cuando en Matemáticas o Física el método más habitual para aprobar era la memorización de los pasos necesarios para realizar cada ejercicio, yo perdía horas y horas descifrando las demostraciones matemáticas de los teoremas, reflexionando sobre los conceptos implicados (límite, derivada, integral, tangencia, infinito...) y, en consecuencia, fijándome muy poco en la precisión numérica del desarrollo del ejercicio. Las matemáticas, y la física, siempre me han parecido tan interesantes a nivel conceptual, como farragosas y aburridas a nivel algebráico y cuantitativo.
Para muchos, esta actitud respecto a las herramientas de cálculo es innecesaria para un arquitecto, pero en mi opinión el tipo de pensamiento que necesitamos en nuestra profesión no es meramente operativo y resolutivo, si no que es necesario preguntarse el por qué de ciertos procesos, si de verdad queremos manejarlos con creatividad, reinventarlos, ponerlos en duda y llevarlos más lejos. El ejemplo más claro de lo que quiero decir es el cálculo de estructuras, disciplina que durante la carrera me gustaba mucho pese a haberla terminado sin siquiera haber rozado la verdadera potencialidad y profundidad de dicha materia: no se trata únicamente de manejar fórmulas empíricas y aplicar resistencias e inercias tabuladas, pues lo que más me interesaba era la ley microcósmica subyacente. ¿Qué es lo que hace que las partículas se mantenga unidas bajo determinadas condiciones, y se fracture su unión ante determinados esfuerzos? Eso es algo que nunca llegaron a explicarnos, porque el cálculo de estructuras que nos enseñaban era una asignatura meramente experimental y no (más o menos) "teleológica". En realidad, las grietas que aparecen en el hormigón en determinadas circunstancias, son expresión de propiedades de "lo real" que están más cerca de lo místico que de lo ingenieril.
El puto pegamento de los átomos, que a nosotros como arquitectos nos la trae al pairo, es en realidad una de esas cuestiones absolutamente fundamentales para la comprensión y el manejo del universo en el que nos movemos, y las casas que proyectamos. Este domingo de gominolas, café y mantita, pasé la tarde y noche dovorando documentales y webs de mecánica cuántica, teoría de cuerdas e historia de la ciencia. Sobra decir que apenas he entendido nada: el material más orientado al espectador de a pié ("Y tú que sabes 2", "El universo elegante", "Cosmos"...) peca de simplista y efectista, y los más cinetíficos son sencillamente indescifrables. Y además, si algo está claro es que por ahora el ser humano apenas sabe nada sobre la naturaleza última de la materia.
Fijaos por ejemplo en este sencillo video, que explica muy bien el celebérrimo experimento de la doble rendija, y que podría ser un maravilloso yotube de ciencia ficción de no ser porque se trata de algo tan mágico y misterioso, como real. ¿No es desconcertante y cercano al más oscuro ocultismo? A mí, personalmente, estas cosas me ponen los pelos de punta, y mi forma de pensar es muy cercana a la de los científicos que suelen aparecer en esos documentales: a ellos tambien les resulta muy frustrante habitar un mundo cuyas leyes últimas son tan precisas y complejas, como angustiosamente incomprensibles. Y lo digo porque, desde la ignorancia y la soberbia de la fastuosas tecnología que nos rodea (desde las bombillas a los superconductores), tendemos a pensar que manejamos la naturaleza a nuestro antojo, cuando en realidad no sabemos absolutamente nada. Lo cual es toda una jodienda: al igual que a los físicos, a mí eso me parece una sumisión ante el universo que no estoy dispuesto a aceptar.
Con lo cual: hubiese aprovechado mejor el domingo si me hubiese dedicado a estudiar el puñetero carnet de conducir. Para más inri, terminé el maratón audiovisual devorando el documental de Iker Jiménez sobre Chernobyl, auténtica pesadilla deprimente que todos deberíais ver aunque, en mi opinión, es mucho más interesante e "in your face" el programa de Discovery Channel sobre el fatídico accidente. Lo que pasó ese día en la ciudad ucraniana de infausto recuerdo, es de traca, y lo peor es que no sabemos ni la mitad. Os recomiendo que lo veáis, y no os escudéis en que os da mal rollo y escalofríos (que los da, vaya si los da) , porque cualquier día nos despertamos con los ojos llorosos, sabor metálico en la boca y minúsculas llagas en nuestra piel: está de moda decir, ecológica y sosteniblemente, que la energía atómica quizás sea la solución definitiva, pero miraos estos documentales para haceros una idea de los peligros que implica.
Y nada. Buen rollo para empezar la semana.