lunes, 1 de diciembre de 2008

esquizotímico perdido

















Echo muchísimo de menos tener un poco de tiempo para escribir mis paridiñas, que tanto oxígeno inyectan en mi cabeza hueca. Pero la mudanza que estamos terminando ha sido una auténtica pesadilla que me ha tenido en estado de shock y de muy mal humor desde hace 4 días.
Tambien es mala suerte la sucesión de acontecimientos, que han convertido el traslado en una verdadera pesadilla de la que en este momento me desentiendo. Comio muestra un botón: ¿Recordáis la supertormenta cósmica cataclísmica y catastrófica del sábado noche? Pues yo no tuve la suerte de verla con un cafecito en la mano y detrás de una melancólica ventana. Me pilló en la calle, con dos maletas en cada mano y otra a la espalda, en el medio de un "no lugar" en el que no había buses, los semáforos no funcionaban y las aceras eran como un slalon gigante. Por supuesto, sin paraguas. Apoyando la moción, en nuestra nueva casa no tenemos aún calefacción, agua caliente ni hornillos. Mi nuevo vecino toca el piano non-stop. Me despierta cada día a las 7 la máquina de aire acondicionado que tiene salida hacia el mini-patio que "ilumina" mi habitación.
Mi plan para hoy es: trabajar un rato, ir a la solana, tomar un café, subirme a una azotea y disparar aleatoriamente a los transeúntes.