miércoles, 31 de diciembre de 2008

Año nuevo con Jon Heder















Encerrado en un marco espacio-temporal tan poco chispeante como el que me rodea (solo en Coru mientras todos ñoñean con sus familias, trabajando, ahorrando para un par de regalos obligados, sin ánimo para ir al gym) tenía pensado escribir un largo y furibundo megapost sobre las Rupturas Sentimentales (pues el tema me rodea por todas las esquinas), pero paso de mantener mi irritante actitud de cicerone del mal rollo y dejar paso a un alter ego mucho más divertido y yeyé: el de espectador de cine disfuncional norteamericano. Ya sabéis, de vez en cuando hay que recuperar el saludable hábito de defender contra natura los más pintorescos y marcianos subproductos del mondo redneck. En este caso, dos curiosas comedias.

La primera es una descomunal y libérrima astracanada en plan "TV movie para nerds que suspenden", que curiosamente y de modo muy posmoderno hube de ver al aparecer en la carpeta de "incoming" suplantando en plan fake al "Supersalidos" que quería ver. Se titula "Aceptado" (Accepted, título maravilloso) y la protagoniza el cachondísimo y genial Justin Long, que está llamado a ser el nuevo Mathew Broderick. Como no podía ser menos, lo cierto es que la peli me gustó mucho más que el film de Appatow, que a fín de cuentas no dejaba de ser un tramposo canto a las tropelías más bobas de los adolescentes white trash encantados con su futuro de oficinistas de clase media. La peli de la que os hablo es infinitamente menos pretenciosa y autoconsciente, más cutre y salchichera, torpe y convencional. Pero con un extraño y vitriólico veneno ideológico que me ha mantenido a carcajada limpia durante 90 minutazos de celestial anormalidad.
El prota es la multillonésima reencarnación del arquetipo Ferris Bueller: un tarambanas inteligente e hiperactivo, atolondrado y silenciosamente temerario, cuya apretada agenda de tropelías le mantiene alejado de los libros: más que por vagancia o malotismo, su fracaso se debe a la inopinada falta de tiempo para los estudios. Ocurrente como siempre a la hora de salvar su cabeza, y asumiendo que ninguna universidad aceptará jamás a este tipo de pendones, se ve obligado a mentir a sus padres...fingiendo ser aceptado en una inexistente universidad "experimental" que de modo apresurado deberá construír.Empiezan las astracanadas: el college será un hospital psiquiátrico okupado, el profesor estrella es un anarco-marxista que divulga proclamas antisistema entre el alumnado, el programa se basa únicamente en "haz lo que quieras", y la masa estudiantil inesperada se crea a partir de todos los outcasts que tampoco entran en los planes del sitema: esquizofrénicos irrecuperables, skaters porreros y mamporreros, dealers, proto-Paris Hiltons, rockeros pasados de LSD, hippies desencantados... Todo tremendamente obvio, pero de un modo mucho más entrañable de lo que imagináis, resultando una reivindicable actualización del cuento de hadas "adolescente rechazado encuentra su lugar en el mundo afirmando su diferencia", como todo el cine nerd ochentero. Si yo fuese el "Gran hermano" que según creéis educa desde la sombra a nuestra panoli juventud, programaría mil veces este "Aceptado" antes que cualquier panochada a lo "High School Musical", cuyo objetivo último es malinformar, desinformar y uniformar a nuestros chavales. Y coronada con la magnífica frase (en el contexto de la peli) que un catedrático dice cómplicemente al protagonista: "No nos juzge tampoco usted a nosotros por nuestro aspecto".

Este film es cualquier cosa menos una peli seria, lo cual no sucede exactamente con la otra que os quiero comentar, la oscurilla y megacínica "Escuela de pringados", que es una cosa muy otra. Quiero decir: de la anterior os diría que no os melestéis en verla si no tenéis previamente una complicidad con los códigos de ese género, pero "Escuela de pringados" podéis verla aunque no os guste el cine chorras yanki, ya que está mucho más pensada y mejor hecha. Tiene un humor gélido y enismismado, muy seco, en la onda de "Napoleon Dynamite" pero menos, con la que comparte protagonista, el apampolinado Jon Heder. Jon Heder es lo nunca visto: posiblemente el más impertérrito y hierático sinsangre de la historia del cine, el careto de tonto torpe más indescriptible que haya visto. El canon del idioto, el donnadie más exacto. Sólo con ver pasear a este hilarante actorazo, ya te descojonas por lo godotiano de su figura, y clava con su pasmosa y atolondrada tranquilidad los papeles de sufrido malafortuna acostumbrado a collejas, abusos, infortunios y torpezas. Sólo por verle, la película ya resulta deliciosa. Es como un Gabino Diego a la americana y en medio guapo.
La historia es muy negra: el panoli de Heder, a quien la vida trata como al mongol que es, se apunta sin darse cuenta a un club de fracasados en los que un gurú de la autoayuda out of bounds le enseñará las más retorcidas técnicas personales para dejar el pedestre círculo de los perdedores y ser un Cazador, un machote dominante que camine por la vida con el paso firme y el dedo en permanente corte de mangas. En ese bizarrísimo club, encontrará a otros zumbaos losers de su calibre (especialmente extravagante es el impersonator de Moby) pero a medida que los pringados van ganado autoconfianza, aumentarán exponencialmente las putadas que se hacen entre ellos y la incapcidad de Heder para alcanzar el nivel de autoestima que estaba buscando.
Los chistes y anécdotas de la peli son, como digo, muy frías, de un humor abstracto en el que el motivo último de risa son las mil maneras que tiene Heder para cagarla, meter al pata, equivocarse, recibir collejas y fracasar en todo. O casi. En la tradición maravillosa de la comedia cruel del tipo Berlanga o Solondz, la peli, sin dejar de ser un blockbuster, es de una inteligentísima posmodernidad y de una mordacidad retorcida como no podía ser menos contando con el coprotagonista, el siempre resolutivo y demoníaco Billy Bob Thorton (sí, Bad Santa). No os la perdáis si os va el cine comercial retorcido.

Ya está. Así termina el 2008. Os deseo a todos que el 2009 os vaya superbonito y todos nos acerquemos al menos un poco a todo aquello que queremos conseguir. Sin prisas, pero sin pausas. Y que encontremos muchisimísimo amorr y direno a expuertas, aventuras y divertijuegos, pocholadas y moderneces, trabajos formativos y lecturas trepidantes. O lo que quiera cada uno. De todo para todos, de gratis y además ecosostenible y biodegradable.

Seamos serios. Feliz 2009!!!! qué ganas de que empiece...