miércoles, 12 de noviembre de 2008

Julia Kristeva
























"Recuerdo en mi libro que lo bello nació en el país de la melancolía, que es una harmonía más allá de la desesperación."

"Y si el "deseo" no fuera sino una película genial y entretenida pero extremadamente frágil que se desarrolla sobre el océano de la pulsión de muerte? "

"¿una civilización que ha abandonado el sentido de lo Absoluto del Sentido no es necesariamente, una civilización que debe enfrentarse a la depresión? O también: el ateísmo es implícitamente depresivo? O incluso: Dónde se encuentra la immanencia optimista del ateísmo implícitamente moroso? En la forma? En el arte?"

"Constato también el rol determinante del apego de la madre, en todas las formas de melancolía. Incluso el pánico del obsesivo frente a su propia depresión me parece atarse al hecho que el obsesivo esté ligado a su madre deprimida y que la irrupción de la melancolía en él lo confronte a la idea de considerarse como una mujer deprimida -idea intolerable... "

"El primer melancólico griego, Bellérophon, aparece en La llíada: desesperado, él se consume de tristeza y, abandonado de los dioses, no cesa de vagar evitando a los hombres. Hipócrates, en su teoría de los humores (humores, como líquidos corporales), atribuye la melancolía a la bilis negra. El texto más importante de la antigüedad griega acerca del sujeto, me parece ser "Problemata 30": de pseudo-Aristóteles. Extrae la melancolía de la patología y la ve, sobretodo como un estado límite de la naturaleza humana, como una crisis "natural" si se quiere, reveladora en consecuencia de la verdad del ser. El melancólico sería, entonces, el hombre de genio. Esta concepción fascina a los filósofos modernos, por supuesto. Pues si lo resumiéramos en una forma lapidaria, esta daría lo siguiente: el estado depresivo es la condición del pensamiento, de la filosofía, de la genialidad. En efecto, porque cambiaríamos el pensamiento, o las formas artísticas si antes no hubiéramos afrontado su banalidad. La depresión, en suma, en el umbral de la creatividad. "

"Hoy no es el sexo el que perturba o produce temor, sino el dolor permanente, el cadáver potencial que somos. Quién quiere mirarlos a la cara? La depresión es el secreto (secret), tal vez lo sagrado (sacré) moderno."

"Quien no escribe ni está enamorado ni se psicoanaliza, está muerto"

"Ser psicoanalista es saber que todas las historias terminan hablando de amor"