lunes, 26 de mayo de 2008


























Pese a un doblaje penosísimo que casi destroza el visionado, me ha gustado mucho "El rayo verde" aunque quizás flojea frente a otras pelis de Eric Rohmer. He estado leyendo opiniones al respecto en los foros y sorprendentemente a mucha gente le parece una película aburrida y sin sentido; supongo que para poder disfrutarla hay que tener bastante empatía con la forma de actuar de la protagonista, una perfecta indecisa, una dudosa ejemplar, actitud que sueler resultar incomprensible e infantil a todos aquellos que váis por la vida pisando fuerte y con las cosas muy claras.
Yo sin embargo comprendo el estado de perpetuo desconcierto, deriva y desgana en el que sobrevive la protagonista. Y me emociona del film el hecho de que su soledad es retratada con una distancia carente de épica y de miserabilismo, poniendo en valor detalles aparentemente intrascendentes ( su vegetarianismo, su inexplicable impermeabilidad a los encuentros afectivos, sus contrasentidos) sin indagar culpas ni redenciones. Hay una ternura muy suave y recóndita en todo lo que hace Rohmer, o al menos su forma de hacer cine me toca sinceramente, sin amaneramientos snobs, ni pretensiones de arte y ensayo, ni estetisimos de mesa camilla en onda "twee". "El rayo verde" es la historia de una chica rara, lo cual es decir tanto como la biografía de una persona que no se encuentra a sí misma en los demás, y cuya heroicidad consiste en la fidelidad incondicional a su identidad pese a lo extenuante y poco operativo de dicha decisión, por otra parte involuntaria.
En el mercado bursátil de la vida, el arte y la ciudad, el raro siempre será para mí un valor seguro, una patología a mantener, un tesoro a salvaguardar aunque sólo sea por garantizar la biodiversidad del ecosistema.